El eje del trabajo clínico es la comprensión del proceso evolutivo de la Conciencia.

El espíritu podrá volar hasta el cielo, pero el alma,

ella tiene que ir a sus profundidades, al fondo de sí misma.

Rhoda Lerman


Como abordaje holístico (integral) del Ser centra su tarea en el estudio, investigación y trabajo con la Conciencia en sus distintos niveles de manifestación.

Así entonces crea un contexto para favorecer el ingreso a estados no ordinarios de conciencia (aquellos diferentes del habitual).

El proceso de trabajo compromete todos los niveles de la persona: físico, emocional, mental y espiritual.

Aprender a moverse hacia nuevos territorios es acceder a una mayor comprensión sobre la verdadera naturaleza de quienes somos.

La activación del proceso de auto-conocimiento origina la condición necesaria para la exploración de las regiones interiores todavía inexploradas.

Estas zonas temidas desde el mismo desconocimiento son portadoras de una potente energía que espera con prontitud ser liberada a favor del crecimiento y la evolución.

sábado, 31 de marzo de 2018

La Exclusión


Existen palabras que llevan consigo una fuerte carga negativa, la exclusión es una de ellas. Desde la memoria ancestral viene acompañada de la aflicción y el dolor.

Se la asocia casi únicamente a acciones de descarte de parte de otros hacia nosotros extendido a toda situación externa que nos hace a un lado  reactivando viejas heridas de desmerecimiento  y descalificación.

Produce un impacto tal que un yo no tan entrenado puede sucumbir y desorganizarse generando reacciones inadecuadas para una conciencia que busca abrirse paso mediante este desafío.

Si logramos permanecer respirando y sostenernos cuando ocurre esta invitación de crecimiento, comenzaremos a percibir un sutil movimiento de la mirada ...

La exclusión nos tiene como únicos protagonistas toda vez que rechazo y recluyo aquellas partes que decido son peligrosas para la imagen que necesito mostrar hacia el exterior.

El rechazo por aquello que considero inapropiado por no corresponder
a lo esperado  por miradas ajenas.

 La desconsideración en desatender necesidades propias para dar únicamente
 espacio a la instalación de reclamos innecesarios de quienes exigen miradas consentidas.

Por ello recordemos ...

Cuando me alejo del compromiso de conocer y re-conocer mis valores y mis capacidades estoy rehuyendo de mi responsabilidad de ofrecer mi don al servicio de la humanidad.

Cuando niego y reniego de  mi camino de crecimiento me excluyo de toda participación en el peregrinaje compartido con todo ser viviente.

Toda vez que excluyo la Conciencia y me entrego a dormir en la comodidad del desconocimiento excluyo la presencia del alma y la Verdad del Ser.

lunes, 26 de marzo de 2018

El Reencuentro del alma - Carl G. Jung

jueves, 22 de marzo de 2018

Carl G. Jung

Quien niega la existencia del inconsciente
 supone,  de hecho, que nuestro conocimiento  actual de la psiquis  sea  total.


Curación y totalidad - Frances Vaughan

Como un camino de mil leguas empieza por un simple paso, la curación de la totalidad empieza con la curación de nosotros mismos, de nuestras relaciones y de nuestro mundo.

Nuestra capacidad intrínseca para la autocuración se ve reforzada cuando despertamos a la visión de la unidad de la conciencia. Tenemos el desafío de vernos como una totalidad, libres del apego egocéntrico hacia la forma o el resultado.
Por primera vez en la historia, la humanidad se enfrenta a la necesidad de ver el mundo como un todo.


 La espiritualidad también debe ser dirigida en términos globales. Una conciencia que trasciende las distinciones culturales puede ser esencial para la superviviencia humana.

La visión sanadora que ve más allá de la apariencia y de la dualidad, hasta la unidad del espíritu, no requiere creer en una deidad personal; exige una disposición a estar consciente, momento a momento, de lo que es verdad en nuestra experiencia compartida.

La deseabilidad de las experiencias compartidas, no sólo de doctrinas o ideas, está llegando a ser poco a poco aceptada. Si tenemos que llegar  a ser personas de visión global, el autoconocimiento debe profundizarse en la conciencia.

Abraham Maslow decía que las personas que están en un proceso de autoactualización siempre se involucran en algo más allá de sí mismas.

La sabiduría que se necesita para curar el mundo no puede ser enseñada sólo con las palabras. Debe ser descubierta dentro de uno mismo y aplicada en las relaciones. A medida que crecemos hacia la totalidad, tal vez nos volvemos más conscientes de nuestros recursos psicológicos y espirituales compartidos.

Ninguna situación puede ser percibida como una oportunidad para curar la mente que genera el conflicto, mientras estemos atrapados en la ilusión de la separatividad.
Una mente poseída por las ilusiones puede ser curada cuando se despierta a la visión transpersonal.

A medida que nos hacemos conscientes de la totalidad, podemos participar de manera más efectiva en la cocreación de nuestro futuro. Si participamos en la cocreación de un futuro diferente a como fue el pasado, de un futuro que podría curar la tierra, debemos empezar por tener una visión de nuestras posibilidades.

Ken Wilber ha sugerido lo siguiente:
Para aquellos que han madurado hasta tener un ego responsable y estable, la próxima fase de crecimiento es el comienzo de lo transpersonal, el nivel de la intuición psíquica, de la apertura y la claridad trascendentes, el despertar de un sentido de la conciencia que es, de alguna manera, algo más que simplemente la mente y el cuerpo.
En la medida en que ha empezado a suceder, se producirán cambios profundos en la sociedad, en la cultura, en el gobiernos, en la medicina, en la economía ...

"La evolución de la conciencia". Stan Grof y otros ...

El despertar femenino Vicki Noble


Vicki Noble, sanadora americana y escritora comprometida con el despertar del conocimiento femenino, expresa en su libro “Il risveglio della dea”:


En un nivel profundo y estructural las mujeres nos sentimos y ubicamos en un lugar inferior de importancia con respecto al hombre y tendemos a concederles la autoridad de pronunciarse sobre cuestiones fundamentales de nuestra vida.

Podemos reaccionar con cólera, sin embargo, en algún modo permitimos que sean ellos quienes nos definan. La mayor parte de los psicólogos y de los psiquiatras son hombres, como también la mayor parte de los ministros de culto; los hombres predominan entre los médicos así como entre los abogados y los jueces, los escritores y los intelectuales.

La opinión común nace casi siempre de la mente masculina y entra en la psiquis de masa a través de la televisión, las películas y los medios de comunicación controlados por hombres. Incluso después de veinte años de feminismo activo, nosotras mujeres, no tenemos casi idea de cómo retomar la posesión de la autoridad, que fue robada sistemáticamente para ser proyectada sobre los hombres, que en cualquier situación son considerados los expertos.

El ejemplo más evidente de cuánto la comunidad femenina se alejó de las propias raíces orgánicas, es la modalidad de parto que hoy día se practica. 

Llegamos a un punto tal de creer en nuestro desconocimiento sobre dar a luz. Nos da miedo, nos aterroriza, nos dirigimos a los “expertos “para que nos ayuden a hacerlo en el modo adecuado.

Nos trasladamos en ambientes estériles, privo de calor, lejano de la casa y de la familia, donde nos recostamos con las piernas levantadas y dejamos que un técnico remueva al neonato de nuestro cuerpo.

 Nos convencimos que en cualquier otro modo pondríamos en peligro a los niños que estamos dando a luz., nos convencimos que causaríamos un daño irreparable a nuestros hijos y nos demostraríamos irresponsables con respecto a ellos. Por lo tanto aceptamos en silencio los consejos del “doctor omnipotente y de sus asistentes de camisas blancas”, y como consecuencia cuando parimos nos sometemos a un sinfín de complicaciones.

 Vamos al hospital para sentirnos “seguras “, tomamos medicinas que nos “ayudan” a hacerlo mejor, observamos las reglas y nos dejamos aplanar y cortar nuestras partes sagradas para evitar “lastimarnos” y contaminar al pequeño.

Dónde está el animal en nosotras? Qué fue de nuestra naturaleza instintiva?
Cómo pensamos que han nacido chicos en todos los milenios antes que fueran inventados los hospitales y los hombres se apropiaran de la práctica del parto?
Es como si tuviésemos amnesia: simplemente no recordamos.

….. Perdimos la sabiduría instintiva que nos pertenecía por derecho hereditario biológico…. No se trata de volver al pasado sino de despertar los sentidos instintivos y la autoridad necesaria para accionar según aquello que nuestros cuerpos saben ser la verdad.

Traducción del italiano

Cayetano Arroyo


Hernán Huarache Mamani



Una mujer verdadera camina hacia el futuro con amor, con dedicación y aceptación. 

Tiene una mirada serena y habla con dulzura y respeto; hay ternura en su corazón.

 Su energía está constituída de vibraciones más sutiles que la elevan a un nivel espiritual.

 Por ello hoy decimos que: " La mujer abre al hombre la puerta de la eternidad; la verdadera mujer es una diosa de la semilla, hija de la Pachamama, de la Gran Madre Cósmica, fuente de vida eterna". 

Y es por ésto que ella es el camino hacia la eternidad, el camino que permite de fundirse con el infinito para aprender a comprender y a realizarse en la vida".

miércoles, 21 de marzo de 2018

Thomas Moore


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Esta es la meta de la senda del alma, sentir la existencia; no superar las pugnas ni las angustias de la vida, sino conocer la vida de primera mano, existir plenamente en el contexto.

Se describe a veces la práctica espiritual como caminar siguiendo las huellas de otro: Jesús es el camino, la verdad y la vida; la vida del bodhisattva es el modelo del camino. Pero en la odisea del alma, o en su laberinto, lo que se siente es que ese es un camino que jamás nadie ha recorrido.

Es frecuente que los pacientes en terapia pregunten: "Conoce a alguien que también haya tenido esta experiencia?". Sería un alivio saber que los callejones sin salida de este sendero del alma les son familiares a otros.
"Cree usted que voy por buen camino?", preguntará otro paciente.

Pero lo único que hemos de hacer es estar donde estamos en ese momento, a veces mirando en torno nuestro a plena  luz de la conciencia, otras veces cómodamente instalados en las profundas sombras del misterio y de lo ignoto.

Ulises sabe que quiere llegar a casa, y sin embargo se pasa años en el lecho de Circe, cultivando su alma, en la isla circular donde todos los caminos giran en redondo.
Probablemente no sea del todo correcto hablar de la senda del alma. Es más bien un vagabundeo serpenteante.

La senda del alma está tan marcada por tendencias neuróticas como por grandes ideales, por la ignorancia como por el conocimiento, y por la vida cotidiana encarnada como por los planos más elevados de la conciencia.

El alma crece y se vuelve más profunda gracias a la vivencia de las complicacioines y los abismos.
Para el alma, este es el "sendero negativo" de los místicos, una apertura hacia la divinidad que sólo se hace posible si se renuncia a ir en pos de la perfección.

Otra descripción de la senda del alma se puede hallar en el concepto junguiano de individuación.
He oído a personas familiarizadas con los escritos de Jung que se preguntaban las unas a las otras:"Estás individuada?", como si la individuación fuera algún pináculo del logro terapéutico.

Pero la individuación no es una meta ni un destino, es un proceso.

Como esencia de la individuación, yo insistiría en el sentimiento de ser un individuo único que está activamente comprometido en el trabajo del alma.
Todos mis dones, carencias y esfuerzos se funden y se coagulan, por decirlo en lenguaje alquímico, en este individuo singular que soy.

Nicolás de Cusa escribió a un hombre que se llamaba Giuliano "Todas las cosas se Giulianizan
en ti ".

El individuo que trabaja seriamente en el proceso de hacer su alma se va convirtiendo en un microcosmos, "un mundo humano".
Cuando damos cabida en nosotros a las grandes posibilidades de la vida y las abrazamos, es cuando somos más individuales.

Esta es la paradoja que de tantas maneras describió el Cusano.
En el transcurso de una vida, ya sea ésta larga o corta, la humanidad cósmica y el ideal espiritual se revelan en la humana carne, en diversos grados de imperfección.

La Divinidad, el cuerpo de Cristo, la naturaleza de Buda, se encarna en nosotros, en toda nuestra complejidad y toda nuestra locura.
Cuando lo divino resplandece a través de la vida ordinaria, bien puede aparecer como locura, y nosotros como los bufones de Dios.

La mejor definición de la individuación que conozco es un inspirado párrafo de James Hillman, en su libro Myth of Analysis:

"El Hombre Transparente, a quien se ve y a través de quien se ve, el loco, a quien no le queda nada que esconder, se ha vuelto transparente gracias a la aceptación de sí mismo; su alma es amada, totalmente revelada, totalmente existencial; él es sólo lo que es, liberado de ocultamientos paranoides, del conocimiento de sus secretos y de su conocimiento secreto; su transparencia sirve como un prisma para el mundo y lo que no es mundo. Porque conocerte reflexivamente a ti mismo es imposible; sólo la última reflexión de una nota necrológica puede decir la verdad, y solo Dios sabe nuestro verdadero nombre."

"El cuidado del alma".Thomas Moore

lunes, 19 de marzo de 2018

RAM DASS ... Sobre el camino espiritual


Una de las mayores trampas que tenemos en Occidente es nuestra inteligencia, porque queremos saber que sabemos.

La libertad nos permite ser sabios, pero no se puede conocer la sabiduría, se debe ser la sabiduría. El intelecto es un maravilloso servidor, pero es un dueño terrible. Es la herramienta de poder de nuestra separatividad. El corazón intuitivo y compasivo es la puerta de nuestra unidad.

El camino espiritual lo más que puede ofrecernos es una oportunidad de volver a la innata cualidad compasiva de nuestro corazón y a nuestra sabiduría intuitiva. El equilibrio se produce cuando utilizamos nuestro intelecto como un servidor, pero no cuando nos vemos enredados o atrapados en nuestra mente pensante.

El camino espiritual es una oportunidad y un don para nosotros. Cada uno de nosotros debe ser auténtico consigo mismo para encontrar su propio y único camino. Cada cual ha de permanecer fiel a sí mismo.

Tenemos la suerte de convertirnos en la verdad que hemos estado anhelando. Una de las actitudes más relevantes de Gandhi era:"Mi vida es mi mensaje".

El rabino decía:"Yo iba a ver al Sadic, el místico rabino del otro pueblo, no para estudiar la Torá con él, sino para ver cómo ataba sus zapatos". San Francisco dice:"No vale la pena caminar para predicar, a menos que nuestra predicación sea nuestro caminar".

Tenemos que integrar nuestra espiritualidad en nuestra vida cotidiana, aportándole ecuanimidad, alegría y el asombro de lo sagrado. Tenemos que tomar con nosotros la capacidad de mirar el sufrimiento con el ojo y abrazarlo dentro de nosotros sin que nuestra mirada lo advierta.

Cuando yo trabajo con enfermos de sida y estoy sosteniendo a alguien, mi corazón se rompe porque quiero a esa persona y ésta sufre mucho. Sin embargo, al mismo tiempo están dentro de mí la ecuanimidad y la alegría. Es casi demasiada paradoja para poderla contener dentro de mí. Pero toda la ayuda real consiste en esto. Si uno se limita a ser atrapado por el sufrimiento, lo único que hace es agrandar el agujero de la persona que sufre.

Trabajamos espiritualmente en nosotros mismos como una ofrenda a nuestros semejantes. Porque hasta que hayamos cultivado las cualidades de paz, amor, alegría, presencia, honradez y verdad, todos nuestros actos están teñidos por nuestros apegos.

No puede uno esperar a estar iluminado para actuar, así que utilizamos nuestros actos como instrumento de trabajo sobre nosotros mismos.

Mi vida entera es mi camino, y esto es así para cada experiencia que tengo.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Marion Woodman

¿Por qué sentimos tanto temor ante el cambio? ¿Por qué, cuando estamos tan ansiosos por cambiar, nos desesperamos aún más cuando empieza a producirse una transformación? ¿Por qué perdemos nuestra fe infantil en el crecimiento? ¿Por qué nos aferramos a nuestros antiguos lazos en lugar de abrirnos a nuevas posibilidades, al mundo desconocido de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma?
 Plantamos grandes bulbos de amarilis. Los regamos, dejamos que les dé la luz del sol, vemos como aparece el primer brote verde, el tallo que se apresura a crecer, las yemas, y luego admiramos las hermosas flores acampanadas que ofrecen un aleluya a la nieve del jardín.
 ¿Por qué tenemos que tener más fe en un bulbo de amarilis que en nosotros mismos? ¿Será porque sabemos que la amarilis va creciendo guiada por una ley interior, una ley con la que ya hemos perdido contacto?

Si nos damos tiempo para escuchar a la amarilis, podemos vibrar con su silencio. Podemos sentir su eterna quietud. Podemos llegar al fondo del misterio. Y en ese lugar, el lugar de la Diosa, podemos aceptar el nacimiento y la muerte. La bellísima flor va a morir algún día, pero si permitimos que el bulbo repose y lo dejamos en la oscuridad, el próximo año surgirá otra flor.

domingo, 11 de marzo de 2018

El Reencuentro del alma - Carl G. Jung